1.500 Puntos por ejército. Primera partida con los simpáticos Ogretes (la mayoría reciclados), en colaboración con los siempre expléndidos Bretonianos.
Confiados por su gran tamaño, los Ogros avanzan deprisa en su primer turno, mientras los caballeros, más inteligentes, se quedan un poco atrás. Los Tramperos Gnoblars, en el medio del campo de batalla, se quedan parados discutiendo a quién disparar. Y fatalmente, los Tripasduras son cargados por los Arbóreos y los Jinetes de Jabalí, sufriendo varias bajas, entre ellas el Matarife.
Los Gnoblars cargan a los Jinetes de Jabalí por la espalda, los Ogros Toro por el flanco, y los Caballeros del Reino de Naiailailara a los Arbóreos por una esquinita delantera.
Todos los Ogros son desmoralizados y huyen, pero no son perseguidos: los pequeñajos Gnoblars aguantan contra todo pronóstico (dentro del bosque no son tozudos) y retienen a los Jinetes de Jabalí, y los Caballeros del Reino a los Arbóreos. Los Gnoblars son barridos, pero también los mucho más costosos Arbóreos.
Los Caballeros persiguen hasta trabarse con el Hombre Árbol, que ha fallado la carga dos turnos consecutivos (echando raíces, literalmente).
Todos los Ogros se recuperan y se dan la vuelta. Mientras, a su alrededor, el Trebuchet ha volado él solo por los aires, y el flanco izquierdo ha sido conquistado por Belerofidias y su Pegaso, con ayuda de una Gargantúa, mientras la segunda unidad de Ogros Toro se pierde casi toda la fiesta.
El flanco derecho, en cambio, se ha perdido, debido a unas imparables Dríades, que vencen a los Gnoblars Tramperos, a los otros Gnoblars, y a los Arqueros Campesinos con el segundo Trebuchet (¡y eso que estaban junto a una Capilla del Grial!). No tiene importancia: contra todo pronóstico, el Hombre Árbol tozudo es desmoralizado (otra vez) y alcanzado.
Los Jinetes de jabalí hacen huir del campo de batalla a la segunda unidad de Ogros Toro, y las flechas incendiarias acaban con los arqueros refugiados en la posada. Los Caballeros del Reino campan a sus anchas... ¡Victoria!
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